Manifiesto contra la indiferencia

YACHT-Landscape-print-billionAnoche me acosté pensando en esta estadística recién publicada por Oxfam: las 85 personas más ricas del planeta poseen la misma riqueza que los 3,570,000,000 (léase tres mil quinientos setenta millones) de personas más pobres. En otras palabras, para equiparar el monto de dinero del cual gozan Bill Gates, Carlos Slim, Warren Buffett, Amancio Ortega, Liliane Bettencourt y 80 de sus amigos más millonarios, tendrías que pedirle a la mitad de la población mundial todo lo que tiene.

Me dormí también con las imágenes mostradas en un documental de la televisión francesa, de este pueblo cerca de Manila en Filipinas, donde más de la mitad de sus habitantes han donado uno o más órganos, como medio de subsistencia. Cuando entrevistaron a uno de ellos explicó que, con lo que obtuvo por donar sus órganos, se pudo comprar una casa, una moto, una televisión y una lavadora.

Si alguien no ha comprendido hasta ahora lo que desigualdad económica y social significa, no podrán encontrar mejores ejemplos que la describan. Estamos viviendo y fomentando un tipo de esclavitud moderna, donde los que más ganan no son, en definitiva, los que más trabajan. Un pobre tendría que trabajar más de 500 años para ganar lo que gana un rico, quien posiblemente su única ventaja es el haber heredado una fortuna.

17205_Anti+capitalismoEl sistema político-económico actual nos está llevando a un grado de desigualdad fatal y de difícil retorno, donde el poder está manejado por una élite. Estas cuantas personas crean, a través de la política, las leyes, la mercadotecnia y la manipulación de medios, entre otros, un objetivo de bienestar utópico, basado en falsas necesidades materiales y estándares de belleza irreales, que lo único que hacen es hacerlos a ellos más ricos, y al resto de la población, cada vez más pobre, pero sobre todo, cada vez más insatisfecha. Muchos son los que están dispuestos a todo con tal de alcanzar el modelo social impuesto: desde abandonar a sus familias en nombre del trabajo que les permitirá vivir “como se debe”, hasta engañar, fraudar, corromper, prostituirse, malversar, traficar, robar, secuestrar, matar… Y entonces la élite cada vez se tiene que proteger más, y tiene que contratar más guardaespaldas, y blindar sus autos, y vivir en guetos, y levantar muros más altos, e instalar alarmas y portar armas….

pobre-rico¿Qué cuál sería la solución? No tengo idea… Pero creo que primero tendríamos que terminar de creernos el cuento que dice que el celular, la ropa de marca, y el tinte de pelo son imprescindibles. No es normal que entre las diez primeras grandes fortunas del mundo estén los dueños de Zara y de L’Oréal….  Tendríamos que convencernos de que somos naturalmente bellas, aunque no seamos ni rubias ni lacias.

Por otra parte, tendriamos que dejar de definirnos como personas a través de etiquetas y marcas y deberíamos elegir vivir la simplicidad voluntaria. Necesitamos mucho menos cosas de las que tenemos y de las que deseamos. Está comprobado que la acumulación de bienes materiales no es suficiente para hacernos felices. Tanto así, que algunos de los más millonarios se están dirigiendo a actividades altruistas (entre ellos Bill Gates y Warren Buffett), pues se han dado cuenta que hacer millones no basta para realizarse, ni da la suficiente satisfacción de haber logrado algo en la vida.

Brasil

Pero definitivamente, lo más importante sería combatir la indiferencia. Dejar de pensar que no hay otra opción, que todo esto es normal y que el sistema no se puede cambiar. No es normal que alguien quiera vender su riñón para poder comprarse una televisión. Para esto deberíamos empezar a ser menos indiferentes en la vida diaria y hacia nuestro entorno inmediato. Ser más empáticos, dentro de nuestras propias familias y dentro de nuestra comunidad. Voltear a ver al vecino que está en problemas y tratar de ayudarlo. Ponerse en los zapatos del otro y aplicar la filosofía de hacer el bien sin mirar a quien, de dar sin recibir.

Todo esto me hace pensar en cómo cada mañana, al llevar a mi hijo a la escuela, me quedo esperando a que alguien me dé el paso en una intersección…. Es durante la hora pico, así es que se forma una fila con muchísimos carros, la mayoría de ellos con rosarios o imágenes religiosas colgados en el espejo retrovisor, de esos que sirven para proteger a los carros contra robos, choques y rayones, pero ninguno se detiene a dar el paso…

Así es que pienso que cada uno, como individuo, no necesita realizar grandes acciones, y que la contribución personal hacia la lucha contra la indiferencia empieza con pequeños gestos diarios, que parecieran insignificantes. Por lo tanto, durante todo el día de hoy, decidí conscientemente ceder el paso cada que se presentó la oportunidad.  Mañana haré lo mismo. En una de esas y hasta le alegro el día a alguien, además de a mí misma.

Acerca de LaLoren

Migrante permanente: 21 años tapatía, 1 lyonesa, 2 parisina, 2 grenadina, 1 guadalupense, 1 chiapaneca, 1.5 chilanga, 1 trinitaria, 0.5 ginebrina, 3.5 panameña, 1.5 libanesa
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