IMAGINE

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¿Tú dispararías?

En un momento de completa desolación, de absoluta desilusión a lo que la vida te ha ofrecido y puede ofrecerte…

Cuando te encuentras sumido en una ira y un total odio hacia todo y todos los que te rodean…

En ese preciso instante en el que sabes que ya todo está perdido, que se sale de control, que no hay vuelta atrás y que nunca nada podrá ser como antes…

Yo solo sé que lo imaginé, cuando recibí la noticia que ninguna madre en el mundo desea escuchar… En esos primeros instantes de profundo dolor, yo sólo podía pensar que si tuviera una pistola, en ese mismo instante la usaría contra cada uno de los médicos y enfermeras que me rodeaban y me observaban sin poder pronunciar otra palabra más que las que ya habían pronunciado para decirme que habían hecho todo lo posible pero que finalmente no estaba en sus manos.

Al pasar los años he pensado mucho en ese momento, pero sobre todo en ese pensamiento. Me pregunto si es una reacción humana «normal», si alguien más en mi lugar hubiera pensado lo mismo, o si en el fondo soy una homicida en potencia rondando tranquilamente por las calles. Me intriga saber si, de haber realmente tenido un arma, hubiera sido capaz de utilizarla contra esos doctores que no lograron salvar a mi hija y que, ahora me doy cuenta, se encontraban también muy afectados y desolados.

No lo sé… muy probablemente no, pero por si sí o por si no, agradezco no haberla tenido a mi alcance…

Y entonces pienso en todas aquellas personas que se encuentran en momentos de desolación, de ira y de sed de venganza, pero que sí tienen acceso a un arma, y que además se atreven a utilizarla. Y que llegan a un café, a una sala de conciertos, o a una escuela… y disparan contra personas inocentes, y para evitarse las consecuencias, se matan ahí mismo. Y trato de imaginar las razones por las que alguien puede llegar a hacer algo así… Pueden ser muchas, no todas las entiendo ni las comparto, pero prefiero no juzgarlas. Lo que sí comparto es el conocimiento de ese terrible momento en el cuál sientes que ya todo está perdido (¿o ganado, en algunos casos?) y se sale de control.

No puedo dejar de pensar en cómo llegan las armas a esas manos de gente desesperada, no solo en París, pero también en Madrid, Londres, Gaza, Nairobi, Beirut, Bagdad, Ayotzinapa, Sao Paulo, Medellín, Caracas, Kabul, Islamabad, Oklahoma y un largo etcétera… Y me voy más lejos y pienso: ¿quién fabrica y vende esas armas, y para qué? Sabiendo que hay (habemos) tanto loco desesperado rondando por este mundo… ¿A quién realmente benefician? ¿Por qué unos tienen el derecho de usarlas “legalmente” contra otros, si al fin de cuentas sirven para lo mismo (para matar)?

Y entonces, en un reflejo de madre que la mayoría de las veces no entiende las reacciones bipolar-dramático-violento-emocionales de su inmaduro hijo de tres años y que, mientras son peras o son manzanas, la primera solución es siempre quitarle el palo de las manos, me imagino, como John, cómo sería un mundo sin armas… ¿Cómo se solucionarían los conflictos? ¿Se solucionarían? ¿Sería un mundo mejor?

Y pienso que sí, que sin duda sería mejor. Y me pregunto si algún día lo lograremos…desaparecer las armas de la Tierra, así como hemos logrado desaparecer otras cosas que ya no nos sirven. Y me conmueve saber que no soy la única que le gusta imaginar, que hay muchos otros por ahí también, imaginando, y jalando pianos con bicicletas….

Acerca de LaLoren

Migrante permanente: 21 años tapatía, 1 lyonesa, 2 parisina, 2 grenadina, 1 guadalupense, 1 chiapaneca, 1.5 chilanga, 1 trinitaria, 0.5 ginebrina, 3.5 panameña, 1.5 libanesa
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