Hasta que el divorcio nos separe

Divorcio¿Cuál es el secreto para que un matrimonio funcione?

Llevo ya meses con esa pregunta rondándome en la cabeza. Todo lo desencadenó una oleada de divorcios y separaciones inesperadas. No creo ser la única persona en el mundo a la que le entristece saber que parejas que uno creía sólidas y eternas hayan decidido separarse, después de tantos años y de tantas pruebas superadas. Y no hablo únicamente de Johnny Deep & Vanessa Paradis, Brad Pitt & Jennifer Aniston, Wynthney Paltrow & Chris White, Vincent Cassel & Monica Bellucci, Antonio Banderas & Melanie Griffith, Francois Hollande & Valérie Trierweiler, Lucero & Mijares… Pero también de parejas de la vida real que no salen en la tele, que después de más de 10 años de matrimonio y/o vida común, deciden que lo mejor para los dos es ya no estar juntos.

Las estadísticas de divorcios han incrementado en los últimos años. En Europa, la probabilidad de que te divorcies llega hasta 50%. En Argentina se divorcia una de cada tres parejas, y concretamente en Buenos Aires una de cada dos. En España, Bélgica y Hungría, de cada 3 matrimonios se divorcian 2. En México, en promedio se divorcian 17 de cada 100 matrimonios, y en algunos estados como Chihuahua la cifra aumenta a 33. En Cuba, el divorcio ha aumentado tanto que llega a 64 de cada 100 matrimonios. Si a esto le agregamos que cuando tienes padres divorciados la probabilidad de que tú mismo te divorcies se multiplica por dos, entonces no podemos más que esperar un aumento constante en las cifras.

separacion-y-divorcio-para-dummies_9788432921469Hay que saber que la primera causal de divorcio, es el matrimonio. Si no te quieres divorciar, no te cases. Por lo tanto, cada vez más gente está escogiendo no casarse ni pasar por ese trámite absurdo que te compromete a una utopía de felicidad eterna. En muchas partes del mundo se celebran hoy más divorcios que matrimonios. En este artículo menciono varias veces la palabra divorcio, aunque en realidad hablo de una separación, y aplica para parejas que después de decidir hacer una vida juntas, firmando un papel legal o no, deciden terminar con la relación.

Obviamente que nadie se casa pensando ¿Cuánto tiempo irá a durar mi matrimonio? (¿o quizá sí? sobre todo si no es el primer matrimonio..), ni ¿cuántos años voy a hacer feliz con ésta persona? La mayoría nos casamos y firmamos un papel prometiendo y comprometiéndonos a que será para siempre, o por lo menos hasta que llegue la muerte a separarnos.

Sin embargo, en la práctica, son cada vez menos los que lo logran. Y en el trascurso del camino uno se va dando cuenta que parejas que lo tenían “todo” terminan divorciándose. Y otras, por las que uno no hubiera apostado ni un cacahuate, siguen juntas a pesar de todo. Y uno termina pensando de algunas parejas: ¿Pero por qué se divorcian? Y de algunas otras: ¿Y éstos por qué no se han divorciado?

Lo que está claramente demostrado es que el matrimonio no se trata sólo de disfrutar, pero muchas veces también de soportar. Los que llevan más de 7 años de matrimonio o tienen hijos, sabemos lo que esto significa. Y cuando somos incapaces de soportar y tolerar, entonces el amor, rápidamente puede transformarse en odio. Todos conocemos historias de parejas que terminan desgraciándose la vida al puro estilo de la Guerra de los Roses… Pero pocos nos imaginamos, al casarnos, que nuestro esposo, a ese que escogimos como el mejor  candidato (o el menos peor), se pueda convertir en nuestro más temible enemigo.


IMG_0425Pero entonces, ¿por qué nos seguimos casando creyendo en la utopía de que durará para siempre?

Si nos basamos en la teoría de la evolución, lo hacemos por puro instinto de supervivencia y de reproducción. Al parecer la hembra elige al macho que podrá ser el mejor padre para sus crías, o por lo menos el que cree que le brindará la mejor combinación genética para que éstos sobrevivan. Lo impresionante es que esta decisión la toma la mujer en los primeros dos minutos de conocer a un hombre. Por lo tanto, la decisión en realidad es de nosotras, nomás que les hacemos creer a los hombres que ellos nos escogieron y además hacemos que nos compren un diamante por eso. Y después les preparamos una sorpresa anunciándoles que van a ser papás, como si no hubiera estado todo totalmente calculado.

¿Pero tanto alboroto sólo para saciar nuestro instinto de reproducción? ¿Es esa realmente la razón por la que la mayoría de las personas decidimos casarnos o unirnos a alguien?

En realidad me cuesta creer que nos casamos solamente porque creemos haber encontrado al macho que nos va a proteger a nosotras y a nuestros hijos y que por su parte, el macho se deje poner el anillo al dedo sólo porque una hembra le prometió darle uso constante a su aparato reproductor. Estoy convencida que entre lo humanos no es tan fácil como en el reino animal, donde la hembra busca quien la preñe y el macho busca quien se deje preñar. En los humanos ya hay muchas hembras que lo que menos quieren es preñarse, y muchos matrimonios que de manera consciente deciden no tener hijos.

Tendría que haber entonces en esa voluntad de unir nuestras vidas a otro una buena dosis de condicionamiento y presión social. Basta con ver los comentarios de las personas, que a partir de una cierta edad, la primera pregunta que te hacen es si estás casado, después si tienes hijos, de ahí que si cuantos tienes. Si tienes uno entonces la siguiente pregunta es para cuando el segundo. Si tienes dos te preguntan el sexo. Si son de igual sexo entonces quieren saber si vas a buscar al varoncito o a la hembrita…

Pero al casarnos hay también una parte de idealización. De pensar que necesitamos compartir nuestra vida con alguien para sentir que ésta tiene sentido. Como cuando uno ve el atardecer más espectacular del mundo y siente que le gustaría estar acompañada porque así sola no tiene chiste.

A pesar de esto, cada vez más, el matrimonio tiene fecha de expiración. Es un hecho que las parejas de hoy se divorcian/separan con mucha más facilidad. Quizá un poco influenciadas por esta modernidad y esta visión consumista que fomenta lo desechable. Preferimos comprar cosas nuevas en lugar de remediar las viejas o descompuestas. No estamos acostumbrados a reparar, mejor lo tiramos y compramos otro. Muchas veces hasta sale más barato.

Divorcio-expressY aclaro que no estoy hablando de que el amor expira, creo en el amor eterno y estoy convencida de que, muchas veces, el amor dura más que el matrimonio. Lo comprueba la frase que muchas parejas a punto de divorciarse dicen: “No es falta de amor, nos seguimos queriendo, es sólo que ya no podemos estar juntos…”

Entonces, si el amor no es suficiente para que una pareja no se separe, ¿qué es?

Me decidí entonces levantar una encuesta entre gente cercana, y debo confesar que en lugar de aclararme el panorama me lo enturbió todavía más. Comprobé que en realidad no hay receta secreta, y que cada pareja busca cosas diferentes en la relación.

Todos buscamos más o menos las mismas cosas esenciales, digamos un “kit básico”: cariño, fidelidad, respeto, comunicación, comprensión, tolerancia… Pero está comprobado que esto no basta. Cumplir con el kit básico no garantiza el éxito del matrimonio, pero no cumplir con él tampoco es sinónimo de fracaso ni de divorcio (cuántas parejas no conocemos que se tratan con las patas, se ponen los cuernos , etc etc, y a pesar de todo siguen juntos…).

Para algunos el convivir, divertirse y pasar mucho tiempo juntos y en actividades simultáneas se convierte en algo esencial para el equilibrio de la pareja. Otros, por el contrario, necesitan definir cada quien su espacio individual.

Para otros el tener un proyecto de vida y un plan a largo plazo es lo que sustenta la relación. Otros, más pragmáticos y realistas, dicen que para que funcione hay que tener nulas o muy bajas expectativas y no esperar nada a cambio, así cualquier cosa que caiga se da uno por bien servido.

La estabilidad financiera juega un rol muy importante. Como bien dicen, cuando el dinero falta el amor sale por la ventana…y todos conocemos parejas que se tienen un amor loco cuando hay bonanza, pero que terminan separándose a la primera crisis económica. Pero la posición económica tampoco lo es todo ni garantiza que el matrimonio dure para siempre.

La buena comunicación es sin duda un factor fundamental. Principalmente porque todo parece indicar que hombres y mujeres nacemos con códigos de comunicación diferentes. Así lo explican muchos de los libros de superación personal y éxito matrimonial: a la mujer le encanta observar y hacer comentarios que puedan ayudar y hacer superar al otro (lo que se le llama también “crítica constructiva”). El hombre no soporta ser criticado y más bien busca el reconocimiento y la afirmación constante (alguien que le eche porras todo el tiempo, haga lo que haga, ah! y que se ría de sus chistes).

La mujer cree que tiene el cerebro transparente y que cualquier pensamiento puede y debe ser leído y descifrado por su hombre, por lo que se desespera al tener que explicarle todo. Y además le gusta fundamentar, es decir que no basta con que le digan te amo. Le tienen que explicar con más precisión las razones por las que se le ama.

Se necesita, por lo tanto, además de buena comunicación, una buena dosis de tolerancia y resignación. Esto me lo demostraron varias mujeres con más de 30 años de casadas que se siguen quejando de sus maridos. Al parecer los hombres no aprenden nunca a levantar la ropa sucia del piso, a no tirar migajas cuando comen, a dejar el lavabo limpio o a cocinar y limpiar la cocina después, a tender la cama (y los que lo hacen, no lo hacen como se debe, que es por supuesto, como lo hace la mujer).

Personalmente, me gusta aplicar en mi matrimonio la misma filosofía que aplico para mi vida: el aquí y el ahora. Cuando todos los días recuerdas que “hoy puede ser el último, elige como vivirlo”, las cosas toman su verdadera dimensión, y si mi esposo no levantó sus calzones sucios del baño no resulta tan grave (Gavino, hablamos cuando llegues a la casa…). En fin, es la misma filosofía que los alcohólicos, o los condenados a muerte: “sólo por hoy”. No sé cuánto vaya a durar, en realidad, no tiene importancia, lo que importa es que hoy decido que quiero ser y hacerte feliz. Si pienso así todos los días de mi vida, es probable que mi matrimonio dure para siempre, pero es 100% seguro de que yo estaré en paz. Obviamente es un pensamiento poco romántico. Pero ya Armando Manzanero y Ricardo Arjona me han comprobado que el romanticismo no es suficiente.

La semana pasada en una estación de radio se les ocurrió llamar por teléfono a la esposa de un cantante famoso, para hacerle preguntas acerca de su difunto esposo y su éxito musical. La esposa, muy honesta, les contestó que ninguna de las canciones tan románticas que había escrito su esposo era dedicada a ella y que además su esposo nunca le compartió nada de lo que hacía y ni siquiera la dejaba entrar a su estudio de grabación… ups!

divorcioPor lo tanto, no es suficiente que un matrimonio dure. El chiste es que el matrimonio dure pero que las dos partes, tan diferentes entre sí, sean felices. Al parecer ahí está el meollo del asunto.

Y como la felicidad depende de cada uno, podría decirse que en realidad para que un matrimonio funcione se necesita que cada uno busque y encuentre su felicidad dentro de un mismo techo. Es también saber que la felicidad no es carencia de momentos difíciles. Pero estar consciente de que esos mismos retos terminarán uniéndote más a tu pareja, creando una complicidad que no encontrarás con nadie más.

Hace poco escuché una frase que decía: ¿Te casarías con alguien como tú? No sé cuántas personas contestarían que sí… Yo, hay días que no sólo no me casaría con alguien como yo, pero ni siquiera le daría los buenos días… Pero también sé que no es así siempre. Que tanto yo, como la relación de pareja, cambia constantemente. Y que precisamente elegimos casarnos con la persona que sí se casaría con alguien como yo pues yo me casaría con alguien como ella, y que finalmente nos complementamos.

No sé cuál es el secreto para un matrimonio feliz,  quizá sea una combinación de todo lo que he descrito arriba además de paciencia, y mucha suerte. Dicen que las causales de divorcio aparecen desde la primera semana de casados, pero lo importante es mantenerse siempre enfocado en las causales de matrimonio… Nada fácil, ¿pero posible?

Acerca de LaLoren

Migrante permanente: 21 años tapatía, 1 lyonesa, 2 parisina, 2 grenadina, 1 guadalupense, 1 chiapaneca, 1.5 chilanga, 1 trinitaria, 0.5 ginebrina, 3.5 panameña, 1.5 libanesa
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