Compra menos, crea más: la simplicidad voluntaria en la práctica.
En varios escritos hablo de la Simplicidad Voluntaria como opción para alcanzar la plenitud y el gozo de vivir. Estoy convencida de que esta filosofía, que fomenta la creatividad y la ecología, entre otras cosas, es una excelente alternativa al estilo de vida enfocado en el consumismo, ya que brinda un mayor nivel de satisfacción y realización personal.
El sistema actual, es decir, el conjunto de mecanismos que ejercen una influencia poderosa en nuestras decisiones (la política, la economía, la mercadotecnia, los medios de comunicación, y hasta el sistema educativo) nos han hecho creer que el dinero y el consumismo son los únicos caminos para alcanzar el bienestar, prometiéndonos que si estudiamos, trabajamos, generamos ingresos, y compramos, habremos logrado algo en la vida, tendremos éxito y seremos felices.
Sin embargo, cada vez nos damos más cuenta de que esto no es totalmente cierto. Y que en realidad, el haber estudiado una carrera universitaria no siempre se traduce en un buen empleo, y que el nivel de tiempo y esfuerzo empleado en un trabajo no es proporcional al nivel de salario, y que al final de cuentas el consumismo nos lleva solo a un estado de insatisfacción constante.
Existe un valor intrínseco en cada cosa, que tiene mucho más que ver con el esfuerzo y la carga emocional, que con su precio comercial. Esto lo aprendí de mi hermano, cuando me comprobó que una mesa hecha con tus propias manos, con materiales reciclados, aunque no sea perfecta, vale mucho más que una mesa comprada en un almacén de muebles.
Y así, desde hace tiempo, en casa hemos tratado de darle prioridad a la creatividad, más que por el ahorro económico, por el deleite de dejar volar la imaginación para verla plasmada en objetos y en acciones concretas que fomentan la consciencia ecológica dentro de la familia a través de las 3 Rs: Reduce, Reúsa, Recícla.
Les comparto algunas ideas prácticas de simplicidad voluntaria a través de imágenes. Esperando que sirvan de inspiración, así como nosotros hemos sido inspirados por otros.

Antes de ir a comprar zapatos nuevos, pues tu hijo perdió uno, ve a revisar si no sigue en el lugar donde lo tiró (zapato encontrado después de más 24 horas de perdido).

La plastilina se puede fabricar en casa, además es una excelente actividad para los niños. Les garantizo más de 10 minutos de concentración!

Fabrica tus propios juegos de jardín: columpios con un pedazo de madera y cuerdas. Barra de equilibrio con pedazos de madera.

Con 44 pallets amueblamos toda nuestra casa! (La verdad es que TODO lo hizo mi hermano, y en sólo UNA SEMANA!. Gus, Dus, o Fus, es el gran maestro de la Simplicidad Voluntaria, emprendedor, autodidacta y con una terquedad hasta el tuétano que le permite convertir en realidad cualquier sueño).

Sí, es posible construir una casa de paja como la de los 3 cochinitos… y no se vuela aunque le sople el lobo…

Los huertos caseros son una excelente forma de reconectarnos con la Madre Tierra. Nada más satisfactorio que comer tu propio cultivo orgánico!

Puedes plantar las hojas de las piñas, no necesitan practicamente agua, te puede brotar otra piña (en un tiempo) o por lo menos tienes una planta de ornamento con apariencia de agave.

Fabrica tu propia compostera con madera y tela de mosquitero. Un cubo sirve de compostera (se mezclan los desechos orgánicos de casa con hojas secas), el otro cubo sirve para ir secando las hojas.

Separar los desechos caseros (plásticos, vidrio, papel, cartón, aluminio, tetrapack) nos hace mucho más conscientes de la cantidad de basura que se genera en la familia y de los materiales reciclables.