Vale la pena verla sólo para ser testigos de la reencarnación de Edith Piaf. La interpretación que hace la actriz Marion Cotillard de esta cantante consentida de los franceses, pero también de los estadounidenses, es perfecta, lo que la hizo merecedora del Oscar. Cotillard se transformó físicamente, pero además fue capaz de imitar los tan particulares gestos, la extraordinaria voz y la personalidad única de esta inolvidable cantante apodada «la môme» (el gorrión). Por otra parte, la vida de Edith Piaf es tan increíble, dramática y apasionante, que me sorprende que no se hayan hecho más películas. Quizá porque no hay actrices capaces de interpretar a esta mujer tan excepcional, y ahora, después de Cotillard, habrá todavía menos pues la vara ha quedado muy alta.
American journalist: If you were to give advice to a woman, what would it be?
Edith Piaf: Love.
American journalist: To a young girl?
Edith Piaf: Love.
American journalist: To a child?
Edith Piaf: Love.
******************
Raymond Asso: You’re an immense artist!
Edith Piaf: I’m wearing high heels.
*****************
[after hearing «Je ne regrette rien» for the first time]
Edith Piaf: You’re marvelous! This is exactly what I’ve been waiting for! It’s incredible! It’s me! That’s my life, it’s me.