Educando a golpes

nalgadas-copyA través de los años, y desde el inicio de este bombardeo de información virtual a granel y sin censura, he logrado dotarme de un caparazón que me protege de comentarios e ideas no gratas. Me doy cuenta que cada vez me afectan menos las cosas que leo en las redes sociales y con las que no estoy de acuerdo. No estoy segura de que sea porque me he vuelto más tolerante o si en realidad estoy perdiendo mi capacidad de asombro.

Pero hace unos días me topé con esto:

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Realmente me perturbó.  Y entonces pensé en Stéphane Hessel y de cuán decepcionado se había ido de este mundo al constatar que la gente había dejado de indignarse por cuestiones fundamentales que determinan el futuro de la humanidad.

No sé qué es lo que más me molestó de esta propaganda pro violencia doméstica: si la cara de sufrimiento de este pobre niño que es golpeado brutalmente por su padre; o la selección de la fotografía para representar a los “jóvenes problema”, que cumple con todos los estereotipos tendenciosos (jóvenes obviamente de piel morena, pues los blanquitos de ojos azules se portan bien); o simplemente darme cuenta que más de 200,000 personas le habían puesto “like” (sólo espero que estén más o menos esparcidas en el planeta…).

Está de más decir que estoy totalmente en contra del castigo físico como método de educación, y ¡mucho menos a los hijos! A quienes se supone que trajimos a este mundo para protegerlos. Realmente no creo que a estos jóvenes, que al parecer son muy problemáticos (aunque en realidad yo lo único que veo es que les gusta usar las gorras hacia atrás y hacer cara de rebeldes cuando les toman fotos), les hayan faltado golpes en su niñez. Me atrevería a afirmar que más bien recibieron demasiados golpes, pero en cambio les faltó recibir amor, tiempo, respeto, paciencia, confianza y sobre todo, buen ejemplo.

manosMe cuesta trabajo comprender a aquellos que dicen: “a mí me pegaron mis papás y mira, no me fue tan mal”. En realidad si les fue mal, y mucho, pues crecieron pensando en la violencia como una opción, convencidos de que era algo aceptable y capaces de replicarlo con sus propios hijos. Aún si la historia de la humanidad, y nuestra propia historia como individuos, nos ha demostrado que la peor forma de combatir la violencia es con violencia.

Acerca de LaLoren

Migrante permanente: 21 años tapatía, 1 lyonesa, 2 parisina, 2 grenadina, 1 guadalupense, 1 chiapaneca, 1.5 chilanga, 1 trinitaria, 0.5 ginebrina, 3.5 panameña, 1.5 libanesa
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