Sábado 31 de Marzo de 2012:
A las 11:30am Gavin, Yann y yo depositamos las cenizas de nuestra amada Léa (la segunda urna, la primera está en el Recinto de la Paz de Guadalajara) en el cementerio de Versonnex, Francia, donde está enterrada la mamá de Gavin. Queríamos que la urna estuviera lista para el día de su tercer cumpleaños, el día siguiente, 1ero de abril. Nos acompañó Bob (papá de Gavin), y algunos de nuestros amigos de Ginebra.
Después venimos a la casa e hicimos una carne asada. En la noche, a modo de “efecto mariposa”, Bob se golpeó la cabeza con una viga del techo de la casa (la casa donde ha vivido por años) porque se distrajo con una abeja que estaba volando cerca. Gavin lo llevó primero a casa de unos amigos médicos que le aconsejaron que fuera a las urgencias del hospital para que le dieran unas puntadas, pues se había descalabrado. Se fueron al hospital, estuvieron esperando un buen rato y por fin pasaron a Bob con el doctor, Gavin se quedó en la sala de espera. En eso llegó un niño de 6 o 7 años, quizá era inglés, iba con su papá. Traía enyesado el brazo, pero como se lo había mojado (seguramente en una alberca o algo así porque ese día justamente hizo mucho calor y estuvo super bonito el día) se lo tenían que cambiar. La enfermera le empezó a preguntar sus datos, entre ellos su fecha de nacimiento. El niño le dijo que ese mismo día (31 de marzo) era su cumpleaños. Gavin pensó: ah, que casualidad, por poco el mismo día que Léa… El niño se sentó para esperar a que lo pasaran y sacó un Ipad para seguir viendo la película que estaba viendo: Anita le Huerfanita… y se había quedado en la canción Tomorrow*…
Gracias Léa, Gracias Universo, Gracias Dios.
* Durante los últimos meses de vida Léa estaba completamente obsesionada con la película de Annie (Anita la Huerfanita). La quería ver todos los días y la pedía diciendo: Tomorrow, tomorrow…! pues era su canción favorita, la quería cantar todo el tiempo, así que sus papás se la cantábamos y ella sólo coreaba :morrow, morrow… Se volvió la canción de Léa. En las misas de Ginebra y Guadalajara los coros cantaron esa canción a petición de sus papás.