Queremos agradecer a cada uno de ustedes por acompañarnos hoy, y también agradecer a los que desde el 28 de julio pasado nos han expresado su cariño y su apoyo a Gavin, a mí y a nuestras familias. Gracias a los que desde el primer día vinieron y se colocaron a nuestro lado, y gracias también a los que desde la distancia y el silencio sabemos que nos acompañan.
Nadie nace preparado para perder a un hijo, es tu peor pesadilla hecha realidad. Pero dentro de todo el dolor, el amor se hace presente prácticamente en una misma dimensión. Léa me enseñó lo que es el dolor, primero el dolor físico, durante el parto. Después el dolor del alma, con su partida. Pero todo el dolor es directamente proporcional al amor tan grande y tan puro que Léa generó y que sigue generando.
Quisiera compartirles algunas de las cosas que nuestro ángel Léa vino a enseñarnos:
– Deja de creer que controlas todo. Deja de hacer planes para dentro de 2, 5 ó 10 años. En realidad muy pocas cosas dependen de ti, así que confía y vive plenamente el día a día.
– No te concentres ni pierdas el tiempo en cosas que no valen la pena, y ¿cuáles son esas cosas que no valen la pena? Simplemente todas esas que no te hacen sentir bien. Relativiza, ¿tus “problemas” son realmente importantes?
– Disfruta cada instante de tu vida, no pierdas la oportunidad de ser feliz. Haz y cree en lo que te hace sentir bien, aunque eso signifique oír la misma canción 10 veces seguidas.
– No guardes rencores. El mismo que te hace llorar puede hacerte reír 2 minutos después. No te cierres a las posibilidades.
– Disfruta de los pequeños detalles, asómbrate, aplaude, di “wow!”
– Lo importante no es la cantidad, pero la calidad de vida. Haz que tu vida sea muy rica en experiencias y en felicidad, y no te equivoques pensando que tienes todo el tiempo para reparar errores. Si tienes que perdonar o pedir perdón hazlo hoy mismo.
– Estírate en las mañanas, diviértete, canta, baila (no importa que no sea en un antro).
– Olvídate de los horarios, come cuando tengas hambre, duerme cuando tengas sueño.
– Las cosas siempre suceden por algo y siempre para bien. El hubiera no existe. Ten esperanza, cree siempre en que mañana las cosas estarán mejor.
– Abraza y besa a la gente que quieres cada que lo sientas y sin ningún motivo en particular.
– Vence tus miedos. Aprende a atreverte y no dejes de aprender nunca.
– No creas que tus hijos te pertenecen. Son sólo prestados y tu tarea consiste en amarlos, hacerlos feliz y aprender de ellos, nada más.
– Deja de desear siempre cosas. Que tu mayor anhelo sea ser feliz y hacer feliz a los que te rodean.
– Cuando logres algo felicítate a ti mismo, apláudete, di “braaaavo!” y no esperes a que los demás lo hagan por ti.
– Cree en las señales. No porque no lo veas no existe.
– No le tengas miedo a la muerte, pero tampoco le tengas miedo a la vida, disfrútala y concéntrate en el aquí y en el ahora.
Finalmente, Léa nos enseñó que la fe no se trata de creer, sino de saber. Hoy sabemos que el alma de Léa y el alma de todos nosotros es eterna. Sabemos que morir no es una tragedia, que ella está en el mejor lugar donde uno puede estar, que regresó a casa y no vemos la hora en la que nosotros regresaremos también al lugar de dónde venimos y volveremos a encontrarla.
Gavin & Lorena
Guadalajara, México a 4 de Noviembre de 2011