El México de hoy

Durante los años que he vivido fuera de México he visto cómo se ha ido degradando la imagen de mi país en el extranjero. En 1996 cuando fui a vivir por primera vez a Francia y les decía a los franceses que venía de México su primera reacción era empezar a “cangritar”: “Mexicoooooo, Mexiiiiiiiiiiiiico”. Después supe que era una canción francesa con la que se había inmortalizado la imagen del país como un lugar de palmeras, playas, sol y música. En general la gente tenía una imagen muy positiva de mi país, y lo más negativo era representado por estereotipos hollywoodenses (como cuando me preguntaban si mi papá se transportaba en burro o si hacía siestas con sombrero apoyando su cabeza en un nopal).

En el último año cada vez que digo que soy mexicana noto una reacción entre pánico y asombro, y muy diplomáticamente me preguntan -las cosas están terribles en tu país ¿verdad? Ya nadie me dice: -¡A qué bonito, México! La imagen de mi país en el extranjero es la de uno totalmente fuera de control, con una inseguridad incontrolable y tonos de guerra civil. Las matanzas, los decapitados y las fosas clandestinas son fruto de todos los días en las noticias internacionales. Ciudad Juárez se escucha tanto o más que Bagdad. Y eso que no se dan todas las noticias… que no se habla de los narco-bloqueos, ni de las mantas, ni de los “levantados”,  ni de la tragedia de la guardería ABC, ni de la reputación de Genaro García Luna, ni de los motines carcelarios, ni de la riqueza inexplicable de tantos políticos mexicanos, ni de los feminicidios, ni de la mafia de Elba Ester Gordillo, ni de las marchas sin respuesta de cientos de miles de ciudadanos, ni de los jóvenes estudiantes asesinados por error, ni de los 7 millones de “Ninis”, ni de la manipulación pública a través de montajes televisivos y medios de comunicación con muchos más intereses que brindar información…

Yo no sé bien qué contestar ante esas reacciones pues paradójicamente uno termina acostumbrándose a vivir en un estado policiaco y hasta sentir que vive “tranquilo” a pesar de los retenes, a pesar de los secuestros y los asesinatos, a pesar de las redadas en casas vecinas, a pesar de ver por todos lados policías armados o encapuchados, a pesar de vivir en ciudades tomadas por el Ejército. Uno se acostumbra a ver y leer noticias escabrosas sin sentir absolutamente nada. Claro que me gustaría decir que México es más que narcotráfico y criminalidad, que hay lugares magníficos con una riqueza natural y cultural infinita, que tenemos todo lo que cualquier país sueña con tener: montañas, playas, ríos, desiertos, selvas, bosques, cascadas, lagos, cenotes, volcanes… Que la mayoría de los mexicanos somos honestos y trabajadores, que tenemos un gran sentido del humor y nadie nos gana en chistes, que la mayor parte del país goza de un clima exquisito, que las fiestas mexicanas son las mejores, que los que tenemos para comer comemos delicioso pues tenemos una variedad impresionante de frutas, verduras, carnes, mariscos, chiles, y para darse cuenta basta ir a cualquiera de nuestros mercados.

Me gustaría tanto poder decir: Sí, el presidente le declaró una guerra a los cárteles pero no se preocupen, está a punto de ganarla, ya extraditó o mató a la mayoría y en unos meses todo esto habrá acabado…. Sí… Como si se pudiera acabar con el narcotráfico de esta manera. Cómo si esta fuera una guerra que se pudiera ganar. Cómo si las cabezas de los cárteles no fueran restituidas al día siguiente. Cómo si realmente fuera posible terminar con un negocio de millones de dólares sin legalizarlo. Cómo si no existiera un lazo entre política y drogas. Cómo si en los demás países la tranquilidad la diera la inexistencia del narcotráfico.

Van casi 40,000 muertos desde que Calderón decidió declarar una guerra aún más absurda que la de Irak o Afganistán (y que ya ha cobrado más muertos), pero al parecer en México necesitamos que sea nuestro hijo o nuestro hermano quien muera para empezar a movernos. En México necesitamos apellidarnos Martí, Sicilia, Vargas o Wallace para tener el valor de exigirle al gobierno que nos dé la seguridad y la tranquilidad que está obligado a darnos a través de un Estado de Derecho. Por lo tanto hace falta que lleguemos al millón de muertes para que todos los mexicanos reaccionemos y le exijamos al gobierno de Calderón que deje de hacernos creer que los narcos son los culpables de todos los problemas de México, cuando en realidad es exactamente al revés. Son todos los problemas de México: la falta de crecimiento económico, el aumento de la pobreza y la desigualdad, el patético sistema educativo, la escases de servicios de salud, el desempleo, la corrupción en absolutamente todos los niveles, el sistema judicial corrompido y basado en la impunidad, las prácticas de tortura y violación a los Derechos Humanos, los que provocan que la vía de las drogas y el crimen organizado sea la única opción viable para una gran parte de la población.

Acerca de LaLoren

Migrante permanente: 21 años tapatía, 1 lyonesa, 2 parisina, 2 grenadina, 1 guadalupense, 1 chiapaneca, 1.5 chilanga, 1 trinitaria, 0.5 ginebrina, 3.5 panameña, 1.5 libanesa
Esta entrada fue publicada en Debate y Opinión, Donde he vivido, México, Todos mis escritos y etiquetada , , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.