La Habana

LA HABANA

 

Lo que primero me llamó la atención de La Habana es NO ver ciertas cosas que me esperaba ver. Por ejemplo:

 

– La imagen de Castro por todos lados.

En ningún momento vi una foto, una estatua, una imagen de Fidel Castro en ningún lado. Y es que Castro se ha encargado de hacer ídolos mejor a los muertos, y resulta que el héroe nacional es José Martí. A ese sí lo vemos hasta en la sopa, y parece que por ley cualquier comercio, tienda, oficina,….están obligados a tener una estatua de Martí a la vista. Lo mismo pasa con el Che, a quien también lo vemos bastante, y llama la atención sobre todo su foto en los salones de clases.

– Una frontera tangible entre cubanos y turistas

Y es que había escuchado tantas veces como los turistas pueden hacer tantas cosas que los cubanos no pueden que yo me imaginaba que casi casi no veías cubanos en toda tu estancia. Y nos llevamos una sorpresa al darnos cuenta que el hotel estaba lleno de huéspedes cubanos, la alberca, los restaurantes, las panaderías y los bares a donde fuimos también.

– Un país pobre

Muchas de las personas que habían estado en Cuba nos hablaron de un país pobre, lleno de gente miserable. Tenemos que confesar que La Habana no nos pareció más pobre que muchos de los países capitalistas que conocemos, empezando por México o Grenada.

– Silvio Rodríguez por todos lados

Me había imagino que en Cuba todo mundo escucha a Silvio Rodríguez, por todos lados iba a oír sus canciones, me iba a encontrar a su unicornio azul que se le perdió…. Pero resulta que en los hoteles y restaurantes prefieren poner el canal de videos y escuchar mejor a Julieta Venegas con su Limón y Sal…. Parece ser que a los cubanos Silvio se les hace demasiado comunista…

– Chiles Habaneros

Resulta que no hay!! Que son mexicanos!! Tons quien le puso ese nombre pue’!??

 

Nuestro viaje a La Habana empezó en el aeropuerto de México que nos impresionó por su fluidez, buena supervisión pero sin exageraciones anti terroristas gringas. La buena impresión hacia los mexicanos se desvaneció al aterrizar en La Habana, en donde todos los mexicanos se levantaron de sus asientos antes de que el avión tocara tierra y ya habían bajado todas las maletas antes de que el foco de desabrocharse los cinturones se hubiera apagado. Y es que esto es algo que me había llamado mucho la atención de los haitianos, pero no me había dado cuenta de que los mexicanos éramos igual o peor.

 

Al llegar a La Habana se formaron unas largas colas para poder pasar migración, y es que si hay algo que es cierto es que en Cuba nadie tiene prisa. Los policías supervisaban a los visitantes con un cigarro en la mano, y pasajeros, como buenos mexicanos, decían: – a que la chi! Si el policía fuma tons yo también, y todos sacaban sus cigarros.

Las agentes de migración traían minifalda cortitita y bastante sexy, y durante mi estancia pude darme cuenta de que la mayoría de las empleadas, léase meseras, camareras, etc. usaban también super minifaldas…. Si supieran que el Gobierno de Guadalajara las prohibió!

 

Del aeropuerto nos fuimos en un autobús a La Habana, y en el trayecto atravesamos el barrio rico: Miramar. Esta era la colonia de los burgueses millonarios antes de la Revolución. Después Castro la convirtió en la colonia de las Embajadas y también transformó las mansiones en escuelas y en asilos. La arquitectura colonial es muy bonita y elegante, pero se nota que a las casas que no son Embajadas les falta pintura. Después me di cuenta que en toda la Habana, (a excepción de la Habana Vieja que la están renovando completamente para dejarla como Disneylandia), le hace falta pintura. Gavin me explicó que son las consecuencias del embargo, y que así estaba también Bagdad  desde antes de la invasión gringa. Los capitalistas dirían que es porque Castro tiene a los cubanos en la miseria y no les da ni pa comprar pintura.

 

Fue al entrar al cuarto de hotel que me acordé que estábamos en un país socialista. Y es que la palabra “exceso” está fuera del vocabulario cubano. Todo está racionado, empezando por las cosas inútiles como por ejemplo: el jaboncito, el shampucito y la crema corporal hidratante en los hoteles. En nuestro hotel: un solo jaboncito (el mismo pa lavarte las manos que pa lavarte la cula); un sólo rollo de papel de baño (si andas suelto ps agarra dos cuadritos en lugar de uno…).

 

Por la noche fuimos a cenar al buffet del hotel, que por 10 CUC o pesos convertibles (el equivalente a 13USD) comías todo lo que querías…. Y hasta lo que no querías también, y es que debo confesar que mi primera impresión de la cocina cubana fue bastante negativa. Empezando por el pan que estaba duro y seco, las guayabas estaban desabridas…además los manteles estaban sucios a morir.

 

Lo más chistoso es estar cenando, ver que el restaurant está lleno de cubanos y después darte cuenta de que todos terminaron de cenar y se salieron sin pagar nada… Después llegamos a la conclusión de que quizá el régimen le ofrece a todos los cubanos (¿o nomás a los que trabajan para la administración?) unas vacaciones pagadas al año en cualquiera de los “resorts” de la isla. Pero la cena tuvo su toque positivo, y es que en el restaurante había un piano y unos chavos venezolanos, de un coro, se pusieron a cantar espontáneamente, y la verdad es que sonó tan bonito que hasta se le ponía a uno la piel chinita.  Aunque también nos resultó sospechoso que cantaron y se fueron…. Sin pagar….

 

Al salir del restaurante y antes de subir a nuestro cuarto se me ocurre preguntarle a un mesero si el agua de la llave es potable, y me contesta muy amablemente: Si señorita, pero usted tiene que tomar de botella, y entonces le digo: Pero usted toma de la llave verdad? Y me dice: si pero yo no me enfermo… Y yo pienso, achis, si este no se enferma entonces yo tampoco….Y así me la pasé todas mis vacaciones tomando agua de la llave, lo que yo considero el mayor lujo de un país.

 

En mi diario anoté el primer día mis más fuertes impresiones: Precios caros, las cubanas andan en minifalda y los cubanos están guapos, ¡azúcar!

 

Nuestro segundo día en La Habana empezó con 3 “encuentros casuales” en la calle… y es que los cubanos tienen un 6to sentido que nomás de verte ya saben si eres mexicano, gringo, canadiense o francés…sobre eso te empiezan a sacar plática, y si hay que hablarte en chino te hablan en chino con tal de “ser tus amigos”. Yo ya había leído sobre estas personas a las que les llaman “jineteros” que son cubanos que quieren vivir de ti aunque sea por unas horas (aunque si es por varios días mejor).  Pero no pensé que fuera tan evidente y tan molesto…. Con tal de esquivarlos nos cruzamos del lado del Malecón y tómala que nos empapamos. Pues el inge que construyó el malecón de la Habana se le olvidó que las olas al estrellarse contra una zona plana salpican….

 

Tuvimos que seguir nuestro camino al alcance de nuestros amigos cubanos. Nos sentamos en la banca de un parque para descansar y tomarles fotos a los niños que tenían su clase de deportes, que por cierto se lo toman muy en serio (aunque las niñas hacen deporte en minifalda también). Estoy segura que el profe de educación física era antiguo campeón mundial de atletismo pues le ponía especial énfasis a la posición de los alumnos desde el “en sus marcas… listos….” Estabamos observando a los futuros atletas mundiales cuando se suelta una lluvia que nos hizo que nos refugiáramos bajo un árbol, y casualmente otro joven cubano se refugió en el mismo árbol que nosotros. Iniciamos una conversación que yo sentí como genuina, honesta y espontánea, hasta que al final nos ofreció puros cubanos baratos… Que por cierto, como es posible que el puro (símbolo de riqueza y de imperialismo) sea tradición en un país comunista?

 

Ese día visitamos el Museo de la Revolución. Lo que más me impactó son los bustos de Benito Juárez, que apoyó a Castro y al Che para que llegaran a Cuba desde México. Contratamos a un guía pro-revolucionario que hablaba un inglés casi perfecto, y parece ser que también habla francés, alemán, italiano y ruso. Este guía nos explicó que Fidel Castro no es y nunca ha sido el presidente de Cuba, y por supuesto, menos es dictador! es simplemente y sencillamente el líder de la Revolución y jefe de ministros, pero los que verdaderamente gobiernan son los 12 ministros que son elegidos vía elecciones democráticas cada 6 años… que bonita forma de ver las cosas digo yo…

 

También fuimos a la estación de tren pues teníamos ganas de visitar alguna de las ciudades de provincia en tren. Lo que nos desanimó es cuando preguntamos: – A que hora salen los trenes para Cienfuegos? Y nos contestaron: – A la hora que nos digan…

 

Ante esta respuesta incierta preferimos mejor irnos a comer, y nos decidimos por el restaurante El Prado, frente a la Alameda y a un costado del Palacio de Bellas Artes. Nos comimos una pizza deliciosa y una cerveza local, BUCANERO, que resultó bastante buena y a la que nos mantuvimos fieles hasta el final de nuestras vacaciones.

 

El segundo día anoté en mi diario algunas otras impresionas: los cubanos no tienen celulares, si quieren hablar con alguien le gritan desde la calle al balcón o le mandan un recado con el primo. No hay barbudos (creo que el último barbudo que queda –¿si queda?- es Fidel).

 

Otro día andábamos caminando por uno de los barrios de La Habana cuando nos atrajo una música guapachosa y sobre todo vimos a mucha gente asomándose por una ventana. Al acercarnos vimos que dentro de la casa había un grupo ensayando, se oía padrísimo, con las trompetas, los tambores…. Y nos sentimos en Cuba.

 

Ese mismo día nos decidimos ir a comer a la Bodeguita del Medio, y es que aunque sea demasiado turístico no cabe duda que tiene su encanto. Además de que la comida sinceramente estaba muy rica, y muy cara también…. Todo sea por darle gusto al buen Hemingway que tanto nos recomendó el lugarcito.

 

Para regresar al hotel desde el centro nos subimos a un super “coco-taxi” (un scooter disfrazado de coco) conducido por una chofera. La verdad es que se nos antojaba más el “bici taxi”, que es una carreta jalada por un bicicletero, pero resulta que este medio de transporte está reservado a los cubanos.

 

En el trayecto atravesamos la zona comercial de los cubanos, que estaba llena de tiendas departamentales bastante grandes…. ¡Arriba el consumismo, hasta en Cuba! Eso sí, cada 5 cuadras te encuentras también el Comité de la Defensa de la Revolución, que en pocas palabras y para explicarlo rápido es un grupo de vecinos chismosos que se la pasan viendo que contar, como tirarle mierda al de a lado o espiando a ver si le encuentran cualquier cosa a los vecinos pa’ irle a chismear al gobierno.  No cabe duda que la gente chismosa sirve p’algo, y definitivamente Castro les tiene mucho que agradecer.

 

También descubrimos una panadería francesa en la esquina del hotel, y resulta que vendían hasta Pain au Chocolat, así que Gavin no salió de ahí en todos los días que le siguieron.

 

Por las noches disfrutábamos de conciertos en el lobby del hotel y de la happy hour…. Mojitos a 2USD….

 

Pero fue el 4to día el que quedara para siempre grabado en nuestras memorias. Para empezar fuimos a probar las internacionalmente famosas nieves “Coppelia”, que al parecer le deben todo su reconocimiento mundial a la película “Fresa y Chocolate”.  Como era muy temprano (como las 10 de la mañana) nos decidimos por una sola nieve entre los dos, de guayaba. La cosa es que el empleado de la nevería resultó muy astuto y nos trajo la “ensalada de nieve”, que consiste en 6 bolas de nieve con decorado de galletas! La nieve no estaba buena, y casi ni nos la terminamos, y cuando pedimos la cuenta se nos hizo más mala todavía… y es que nos salen con que la dichosa ensaladita costaba 5 CUC (o sea 6.50USD!!!!) Creo que en ese mismo instante se nos subió la guayaba a la cara, y fue tanto el impacto que la empleada nos dice…. – Bueno, si quieren nomás páguenme 25centavos y ya… Ese día vimos la luz…. Desde el primer día nos preguntábamos cuál era la equivalencia entre el peso convertible (para turistas) y el peso cubano (para cubanos). Es muy difícil darte cuenta pues en todos lados hay un solo precio, en Pesos, y punto. Pero esta niña en la nevería nos descifró el enigma, y nos dimos cuenta de que pagamos 20 veces el precio que pagan los cubanos….. Ahora si que si fuera Condorito ya me hubiera ido pa’ atrás y hubiera hecho GLUP!

 

Después de las nieves nos fuimos caminando por todo el barrio Vedado, vimos al flaco Quijote desnudo y fuimos a dar a la calle donde está la Alianza Francesa. Nos llamó la atención así que entramos a conocerla, se nos acercó un chavo, cubano, que hablaba bastante bien francés y nos sacó plática, muy buena onda, se llamaba Lienko, idea de la mamá que había vivido varios años en Rusia… estaba tan buena la plática que nos dijo:   -les invito un café, es más… mejor los invito a que prueben los mejores mojitos de Cuba en casa de los familiares de Compay II de uno de los de Buena Vista Social Club… si saben quienes son verdad?… Gavin y yo, siempre tan inocentes, lo seguimos unas 10 cuadras hasta que llegamos al famoso lugar… una casa, medio escondida, con una escalera por atrás a la que se llegaba a un departamento en donde nos recibió una alegre señora y nos ofreció de comer… nos dimos cuenta que era uno de esos lugares a los que le llaman Casas Particulares y también realizamos que habíamos caído en la trampa… explicamos que no teníamos hambre y pedimos un mojito cada quien (Gavin, Lienko y yo) que se nos subió bastante rápido, a la mejor porque apenas eran las 11 de la mañana y lo único que teníamos en el estómago era una nieve de 6.5USD… La plática bastante buena hasta eso, al final Lienko nos ofreció ir a bailar, puros baratos y hasta mariguana si queríamos. Cuando pedimos la cuenta nos llegó de 15CUC o 20USD por los 3 mojitos…. Obviamente invitamos a Lienko y nos despedimos, en el camino de regreso ya el chavo se abrió totalmente y nos dijo si tienen ropa que dejar se los agradecería mucho…

 

Visitamos esa misma tarde la Necrópolis, o Cementerio Nacional… en el camino, por un barrio bastante popular se nos acercó un señor en bicicleta… lo primero que nos dijo fue: -No se asusten, no les voy a pedir nada, yo sé que hay gente así pero también hay gente honesta….como yo, al contrario, yo les quiero dar, no quitar, los quiero ayudar… Yo, que después de dos en una mañana ya había hecho callo ni siquiera lo volteé a ver, y me seguí caminando…. Al rato volteo atrás buscando a Gavin y veo que el señor le está dando billetes (pesos cubanos!! Con la foto del Che!!) Gavin no los acepta, y después el señor le dice: -Bueno, tu no tienes moneditas o billetitos de esos que usan en tu país…? Como se llaman…? Euros…? Es que a mi esposa le gusta mucho hacerse collarcitos con moneditas así…. – No señor, no traemos Euros…. – Bueno, no traen una pluma de esas BIC aunque sea?…. sin palabras….

 

Ese día terminamos agotados, y también, hay que confesarlo, hartos y desilusionados….

 

Pero todavía nos quedaron fuerzas para ir a visitar la Plaza de la Revolución y la Universidad de la Habana.

 

Otro día fuimos al “Gimnasio” del hotel… que nos ofrecía una gran variedad de aparatos para ejercitarse: 2 bicis, una caminadora y un set de pesas…. (la caminadora no servía).

 

Fuimos al Hotel Nacional a pedir informes sobre el Cabaret Parisien, y en la entrada el mismo Bell Boy nos ofreció conseguirnos boletos a “precio especial”.

 

Pero el verdadero toque especial de nuestras vacaciones era cuando regresábamos al hotel con el misterio de que forma la señora del aseo nos había acomodado las toallas, pues siempre nos hacía un decorado diferente, gansos dándose un besito, corazones, abanicos…. Creo que son el tipo de cosas que enseñan en la Escuela de Turismo de La Habana.

 

 

Bueno, para finalizar, una lista de lo mejor de La Habana:

 

         Los mojitos, sobre todo los de la Happy Hour del Hotel, a 1.50 CUC (2USD)

         El malecón en las tardes de tormenta, con su espectáculo de luz y sonido hecho por las olas.

         Los mercados de libros antiguos

–   El Capitolio más grande que el de Washington (y sin amenazas de atentado terrorista)

         Los cabaret a donde van los cubanos, como el Salón Rojo

         La Ropa Vieja (el mejor platillo cubano que comí)

–   Todos los niños en las escuelas

–   Las gasolineras que se llaman ORO NEGRO

         TuKola, o en otras palabras, Tu-Kola sabe a Coca-Cola!

(y no es albur… así se llama el refresco de cola cubana, fuera la Coca-Cola!… pinche Fidel….)

 

Acerca de LaLoren

Migrante permanente: 21 años tapatía, 1 lyonesa, 2 parisina, 2 grenadina, 1 guadalupense, 1 chiapaneca, 1.5 chilanga, 1 trinitaria, 0.5 ginebrina, 3.5 panameña, 1.5 libanesa
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